I- SONETO INCIERTO.
Una tarde de enero en que las rocas
bajo el baño de olas se perdían
bajo el baño de olas se perdían
y peces en la arena parecían
bajo el beso encalladas nuestras bocas.
Y en la costa dejamos olvidada,
II- SONETO CIERTO.
Mis manos, que eran dos gaviotas locas
tu talle entre sus alas lo mecían
y errantes por tus islas te pedían
no dejarlas morir entre las rocas...
y errantes por tus islas te pedían
no dejarlas morir entre las rocas...
Pero el suave terral hacia las olas
tus ansias se llevó. Las caracolas
no quisieron su canto regalarnos.
tus ansias se llevó. Las caracolas
no quisieron su canto regalarnos.
Y en la costa dejamos olvidada,
en triste soledad abandonada,
la cabaña que vino a cobijarnos.
la cabaña que vino a cobijarnos.
II- SONETO CIERTO.
El muro de coral la ola rompía,
así tu tempestad quebró mi prisa.
Al ancho ventanal corrió la brisa;
así, sobre tu sed, corrió la mía.
así tu tempestad quebró mi prisa.
Al ancho ventanal corrió la brisa;
así, sobre tu sed, corrió la mía.
Mi barca entre tus olas me perdías,
mis labios navegaban en tu risa.
Afuera el mar rezaba su honda misa,
adentro yo zarpaba y tú gemías.
mis labios navegaban en tu risa.
Afuera el mar rezaba su honda misa,
adentro yo zarpaba y tú gemías.
Mojadas y entre espumas tú me abriste
todos los puertos y bahías que supiste
todos los puertos y bahías que supiste
al fin de la tormenta, ya inminente...
Sentí que el mar se abrió bajo mi pecho.
Entonces me salvó tu boca 'al dente'
de naufragar allí, sobre tu lecho.
Entonces me salvó tu boca 'al dente'
de naufragar allí, sobre tu lecho.
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